Crónica por Fernando Villoslada.
Por segundo año consecutivo Cayetano y el que suscribe, hemos participado en lo que para nosotros es la mejor carrera del año (si es que se le puede llamar carrera), la Eternal Running!!
Este año la prueba se ha desplazado a la ciudad de Águilas, y pudimos comprobar que el espíritu del carnaval aguileño seguía presente ya que muchos de los corredores participaron disfrazados, entre ellos nosotros, que fuimos vestidos de punkys, o al menos, lo intentamos.
Desafiando al frío y al temor de meternos en el agua en un día de 14 grados, participamos en una carrera que consistía en correr 10 km, y tanto al principio como al final había que sortear unos cuantos obstáculos: nos arrastramos por alambradas, escalamos por camiones de paja, corrimos entre neumáticos, saltamos contenedores de obra llenos de agua, saltamos a pozos, nos deslizamos por toboganes y corrimos por dentro del mar, una experiencia llena de adrenalina que tiene en su razón de ser el pasarlo bien, disfrutar, y si puede ser correr en grupo.
Desde lo alto del castillo y en lo que fue la única subida pudimos divisar en un día muy nítido el mar azul y la línea de costa que se va dibujando hasta Mojácar.
Nos queda para el recuerdo el haber pasado un buen rato entre amigos y unas buenas contusiones y magulladuras en piernas y brazos.
Os animamos a que participéis en la próxima carrera.
Este año la prueba se ha desplazado a la ciudad de Águilas, y pudimos comprobar que el espíritu del carnaval aguileño seguía presente ya que muchos de los corredores participaron disfrazados, entre ellos nosotros, que fuimos vestidos de punkys, o al menos, lo intentamos.
Desafiando al frío y al temor de meternos en el agua en un día de 14 grados, participamos en una carrera que consistía en correr 10 km, y tanto al principio como al final había que sortear unos cuantos obstáculos: nos arrastramos por alambradas, escalamos por camiones de paja, corrimos entre neumáticos, saltamos contenedores de obra llenos de agua, saltamos a pozos, nos deslizamos por toboganes y corrimos por dentro del mar, una experiencia llena de adrenalina que tiene en su razón de ser el pasarlo bien, disfrutar, y si puede ser correr en grupo.
Desde lo alto del castillo y en lo que fue la única subida pudimos divisar en un día muy nítido el mar azul y la línea de costa que se va dibujando hasta Mojácar.
Nos queda para el recuerdo el haber pasado un buen rato entre amigos y unas buenas contusiones y magulladuras en piernas y brazos.
Os animamos a que participéis en la próxima carrera.
Un saludo compañeros.
1 comentario:
Gracias por cronica, sirve para otros años y para ver lo bién que lo pasasteis, dentro de las dificultades, mi hermano también participo y trajo los brazos rozadisimos. Un saludo Compañeros.
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